21 sept 2011

La memoria y los sueños

Todo comenzó en la biblioteca de la universidad metropolitana cuando me tropecé con El mundo de Sofía en la sala humanística.  Lo abrí y decidí releer  el capitulo de Freud, me acordaba que era bueno pero no que decía.  Si en algún momento lo leí no le paré porque desde ese momento cambió totalmente la idea que tenia sobre el funcionamiento de la mente.

    Según Sigmund, hay tres descubrimientos que humillan al ser humano:  el de Galileo al descubrir que la tierra no es el centro del universo; el de Darwin al demostrar que  descendemos de orangutanes; y su descubrimiento , el hombre no es capaz de controlar su mente. Más adelante vino lo bueno, comenzó a hablar sobre la sexualidad, los sueños y el inconsciente 

      Es muy fácil suponer lo deficiente que puede llegar a ser la memoria humana. Cuanto tiempo nos toma memorizarnos algo cuando estamos estudiando? Cuanto nos tomó aprendernos los elementos químicos de la tabla? Y todo para que después de cinco años de graduado recuerde con dificultad la valencia del oxígeno. Que difícil sería recordar que estábamos haciendo tal día como hoy hace dos semanas. Todo esto es suficiente para demostrar lo limitada que es nuestra memoria. Pareciera cierto, aunque para Freud no podría estar más equivocado.

    Resulta que a nuestra memoria no se le escapa nada, ni un solo detalle. Es decir que ayer mientras soñaba que regresaba al preescolar, ha podido aparecer el idéntico rostro de la maestra de maternal por la que me babeaba cuando tenía cuatro años. No solo eso , detrás de el camarada que andaba hurgándose la nariz ayer en mi sueño , podría ver sin ningún problema el mismo mueble donde se guardaba la plastilina y los pañales hace 18  primaveras coincidiendo hasta con la misma cantidad de gavetas. Por supuesto que al despertarme quizás recuerde que soñé con la hermosa maestra, el detalle está en que mientras soñaba tenía acceso a un océano de información que despierto (o consciente) seria imposible de acceder. 

    En otras palabras tenemos un disco duro capaz de almacenar toneladas de información, el problema es que conscientemente solo somos capaces de usar una mínima parte. Solo cuando estamos soñando tenemos libre acceso a nuestra memoria. Sin embargo existe una excepción que confirma la regla, su nombre es Kim Peek , vive en Salt lake city  y es capaz de recordar páginas enteras de libros que solo ha leído una vez.  El detalle está en que su extraordinaria memoria produce algunos desbalances en su sistema cerebral , y es incapaz de hacer solo tareas como cepillarse los dientes, o caminar por la calle.
    Regresando al terreno de nuestros sueños , en ellos se manifiestan nuestros deseos en el estado más puro posible. A través de su interpretación Freud fue capaz de descubrir deseos de pacientes que eran desconocidos hasta  para ellos mismos.  Hubo un paciente que se enteró de que deseaba como amante a la persona menos indicada posible , nunca lo supo porque inconscientemente lo bloqueaba pero el deseo estaba allí, presente.

          Todo esto que con dificultad he tratado de explicar lo resume en una sola frase el creador de macondo: contamos lo que recordamos no lo que vivimos. 

    El siguiente video es un reportaje acerca de Kim Peak , uno de los pocos seres humanos capaces de recitar enciclopedias enteras de memoria.



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