<Para poder vivir acá hay que haber nacido acá > es lo que voy pensando mientras la agente de imigración habre mi pasaporte para poner el sello de entrada. La estación es verano pero el sol no aparece por ninguna parte, el azul del cielo tampoco , lo que hay es una cápsula blanca que se extiende por el horizonte. La temperatura se aproxima a los 17 grados Celsius y el frío que falta durante este pequeño receso se encuentra en las expresiones del funcionario que dirige la entrada y salida de pasajeros de San Petersburgo.
Todo comenzó cuando Pedro el grande quizo fundar una cuidad que le permitiera defender sus territorios de Finlandia ( colonia rusa en ese momento) hacia el oeste en el báltico. Entonces se decidió que una isla al final de la desmbocadura del río Neva militarmente era el lugar más apropiado. Hoy, siglos más tarde, la ciudad se desarrolla casi que encima del río y son incontables el número de puentes que lo atraviesan. El río Neva no es como cualquier rio normal de ciudad, es un río ancho que separa y crea ciudades independientes , para atravesarlo caminando por alguno de sus puentes hay que andar al menos 20 mimutos. La mayor parte del año está congelado.
Como jugada de librito lo primero que se debe hacer al llegar es visitar el palacio del Hermitage. Allí vivieron personajes tan importantes como Katalina II o Pedro el Grande , fue donde asesinaron a la última generación de los Romanov ( hace ya casi un siglo ) , es uno de los museos más grandes del mundo. Parte del palacio ha sido reconstruido y restaurado , demasiado bien se conserva tras haber soportado un incendio en el siglo XIX y el intento de los alemanes en la segunda guerra mundial para apoderarse de Rusia.
Ver el palacio por fuera es tan importante como por dentro. Las partes más autenticas y originales transmiten una sensación de poca austeridad con la que vivía la corona. El complejo lo diseñó un arquitecto italiano y dentro se exhibe la colección de arte que perteneció a la realeza, de las más importantes de occidente. Es tan grande que se puede perder uno adentro entre los pasillos llenos de retratos de zares , los inmensos salones para celebraciones , jardines, esculturas de oro , lamparas y no salir sino horas mas tarde. Y después, al salir, recorrerlo por fuera para ver la fachada que tiene un color vede ruso que se extiende hasta el río.
Esta, aunque relativamente nueva, es una ciudad tan europea como cualquier otra. Sus palacios, plazas, jardines y parques están inspirados en los mejores que visitaron los tzares en sus viajes hacie el oeste. Saliendo del hermitage, se consigue uno con una plaza como la de San Pedro de Roma , diseñada hasta por arquitecto italiano. Caminando un poco más, aparece un parque tomando el mismo estilo y hasta el nombre del que imita en París: Campos de marte. Todo traído del oeste pero con estilo y sello Ruso. Como diría Picasso Good artist copy, great artist steal.
Si el palacio del Hermitage destila un lujo a todo tren con el que vivían los Tzares, las iglesisas no dejan de hacerlo. La iglesia de la sangre derramada de cristo por ejemplo. Construida al mejor estilo ortodoxo , gon globos y cruces doradas por fuera, adentro esta decorada con mosaicos que representan las escenas de los evengalios, en la cúpula superior está un mosaico de Jesucristo que vigila a los turistas que recorremos la iglesia desde cualquier que oo miran desde todos los ángulos. Luego está la catedral en donde si se pierde de vista el lujo y la majestuosidad.
San Petersburgo es una de las ciudades más grandes de Europa junto con Londres y París, pero, ha diferencia de estas, aquí no se ha explotado el turísmo de una manera tan masiva y globalizada, muchos de los turistas son rusos. Lo bueno de esto es que le da un mayor sentido de autenticidad a la ciudad , lo malo , es que para entenderse hay que ser experto en el lenguaje universal de las señas. El inglés se habla entre muy pocos jóvenes y del alfabeto ruso es imposible rastrear una sola palabra.
Las distancias son bastante largas y el metro es la mejor alterntiva para comunicarse , está un tranvía que pareciera recorrer todas las calles del centro, porque desde casi todas se ve la telañara de cables que utiliza para tragar electricidad, y los taxis que son tan escasos como el agua en el desierto. Después las calles están llenas de BMW , Mercedes , Audi y todo tipo de carro lujoso Europeo, que comparten las vías con los muy emblamiticos Lada (la marca rusa de carros) que terminan siendo un desfile de cacharros detrás de estos últimos
El metro de por si es una atracción, como tiene que pasar por debajo del río Neva ,es uno de los más profundos del mundo. Esto se comprueba fácilmente esperando los 5 minutos en las escaleras eléctricas para bajar, y una vez abajo esperando el vagon se siente uno en los años 50 en el comienzo de la guerra fría. Los vagones son de museo como las escaleras eléctricas. Todo se parece más a Leningrado que a San Petersburgo. De todas maneras parece ser eficiente y cumplidor.
Russia no es un país desarrollado, o por lo menos no pareciera serlo , igual los viajes no se hacen para visitar países automatizados, sino para conocer otras culturas y formas de vida y en eso Rusia si tiene mucho que ofrecer y derrochar.
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