El Príncipe de Nicolás Maquiavelo es un obsequio. Lo fue en su momento, hace medio milenio, para ganarse el favor de Lorenzo de Medici y para que este guiara al principado de Florencia por el mejor de todos los caminos; y lo sigue siendo hoy en día para quienes aspiran a ser gobernantes. Entre las lecciones más importantes de Maquiavelo está que la guerra no se evita sino más bien se retrasa para ventaja del enemigo. Si de todos modos no puedo evitar las confrontaciones mejor acabar con mi enemigo en el momento que soy capaz de hacerlo y así me ahorro una futura derrota.
Robert Macnamara fue uno de los
secretarios de defensa con más tiempo en el cargo en la historia de los Estados
Unidos. Vivió momentos difíciles y delicados como la crisis de los misiles , la
muerte de Kennedy y la guerra de Vietnam. El documental “The fog of war” trata
sobre su vida , desde sus tiempos como piloto de la segunda guerra mundial ,
hasta sus años en el gobierno.
A sus 85 años de vida intensa concluye que la razón no nos salvó en 1962
y que tampoco nos salvará en el futuro. John F Kennedy era un individúo
racional , Nikita kreuchev también
lo era , y en la crisis de los misiles
estuvieron a punto de empezar un conflicto nuclear que hubiese acabado
con la vida de millones de personas en tiempo récord.
Así como Fidel Castro le aconsejó a Kruschev
utilizar los misiles que se habían instalado en suelo cubano - disimulados debajo
de unos campos de futbol específicamente y a 90 millas de Miami - el General Curtis Lemay, veterano de la
segunda guerra mundial , aconsejaba a Kennedy no perder tiempo y utilizar la
artillería nuclear contra Cuba y Rusia , pues, para que esperar. ¿ No era mejor
acabar con los soviéticos en ese entonces que se sabía que se contaba con
superioridad militar que en cualquier otro momento futuro en que el enemigo
creciera?
Luego de que Kruschev accediera a retirar los misiles de Cuba siempre y cuando EEUU retirara los suyos en Turquía fue que bajaron
las tensiones. Kennedy le dijo a Macnamara y a sus asesores : Señores digan lo
que digan hemos ganado. Por otro lado Fidel Castro rompió un espejo
lastimándose los nudillos para disipar su rabia y en las calles de La Habana se
escuchaba un coro de fidelistas cantando: “Nikita Mariquita lo que se da no se
quita” . Solo la suerte pudo salvarnos concluyó Macnamara.