Desde hace mucho había escuchado que era un
mal escritor, nunca lo había leído porque para que malgastar mi dinero en un
libro de cuyo autor escuchaba tan malos comentarios, y no solo eso el
simple hecho de que publicara tan seguido me alejaba un poco de su obra. Sin
embargo, de tanta mala publicidad que me llegaba de él, me surgió una enorme
curiosidad por averiguar que tan mal escribía, y no porque desconfiara de las
fuentes, sino que para yo mismo poder predicar que Coelho era un impostor,
al menos debía leer una página suya.
Tomé un ejemplar de “Como el río que fluye ”,
y al revisar la contraportada vi que decía: “Más de 85 millones de ejemplares
vendidos ….. Uno de los
autores de referencia de nuestro tiempo”. Abrí el libro , por cierto con temor
a que lo que fuera a leer me gustara, y el azar decidió que me tropezara con
un capítulo titulado : ”Viajar de forma diferente”.
Comenzó explicando cuanto disfrutaba viajando y que quería compartir algunas
lecciones aprendidas, nada extraño hasta el momento. Primera recomendación:
Evita los museos. Segunda: frecuenta los bares. Cerré el libro de inmediato ,
creo que mi cerebro no está suficientemente entrenado como para digerir tanta
lucidez contenida en tres
párrafos.
Y claro, por supuesto, para que ir a París y
visitar el Louvre o ir a Madrid y conocer el Museo del Prado, cuando regrese me
encarcelaré en un bar y me llenaré de tapas y cerveza. Y algún día cuando tenga
la dicha de conocer Egipto evitaré bajo cualquier circunstancia las pirámides
para no contradecir al genio brasilero: “ ¿Si estas en una ciudad extranjera no
es mucho más interesante ir en busca del presente que del pasado?” *
*cita textual